3 Ene, 2023
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Columna de
Capitán Tormenta

EDUCACIÓN Y SOBERANÍA

Siguiendo una linea de pensamiento artiguista, acotaría, que no hay ilustrados sin valientes, y sin ellos, mucho menos hay soberanía, y ni soñar República, salvo que sea “bananera”.

República Bananera
El prócer de la patria lo sabía, para ser ilustrados, primero toca ser valientes.

EDUCACIÓN Y SOBERANÍA

De valientes y de ilustrados…

“No hay escuela republicana sin República, ni República sin soberanía” (Facundo Cuadro).

Autopsia a la Escuela Republicana II

La reforma educativa en gateras, y la situación general del sistema educativo están enmarcados dentro de un contexto geo y sociopolitíco de gobernanza globalista plutocleptocorporatocrática.

Siguiendo una linea de pensamiento artiguista, acotaría, que no hay ilustrados sin valientes, y sin ellos, mucho menos hay soberanía, y ni soñar República, salvo que sea “bananera”.

Una reforma educativa que no es tal.

Tratamos de considerar una reforma educativa que no es tal. Igualito que las vacunas que no son tal, que la pandemia que no es tal, con la democracia que no es tal (desde el golpe de estado técnico que terminó con el poder judicial), que el cambio climático que no es tal, que la “comunidad internacional” que no es tal, y demás especies curiosas del léxico postmodernista que pretenden ser algo que no son.

La pretendida reforma educativa no es otra cosa que la hermana tullida y regalona de un modelo educativo pensado y establecido para un país destinado a posicionarse geopolíticamente en una posición de “realismo periférico” dentro de un orden internacional imperiocolonialista.

El realismo periférico.

Es una visión estratégica de seguimiento y obediencia a rajatabla de todo lineamiento, plan y proyecto provenientes de centros de poder imperiales y organizaciones multilaterales (ONU, OMS, OMC, FMI, BM, etc). Es poner en funcionamiento en tu país, proyectos que estos organismos han pensado para tu país, y que tú te limitas a implementar sin chistar ni cuestionar, mientras recibes fondos y prestamos (en español antiguo, coimas) de esos mismos que te han diseñado esos planes y políticas, mientras te encoges de hombros y explicas a tu gente que se trata “del mundo que se viene”, y que “esto viene para quedarse”. Para serte más claro, es UPM, la entrega del puerto, el Plan Ceibal, el contrato Pfizer, el “garch”, la moneda digital, el pase sanitario, los protocolos Covid, la plandemia en pleno, las políticas de género, el aborto, el IRPF, desmantelamiento del ferrocarril, Ley de Riego, contratos secretos con privados, el Golpe de Estado Técnico, el Plan Cóndor, todo el cotillón Agenda 2030, y por cierto, el sistema educativo vigente y su engendro a parir, la reforma educativa.

Se trata de la realpolitik en modo genuflexo, colonial y berreta.

Acá tenemos, en dicha reforma, la continuidad necesaria de la que se dice “educación republicana”, si es que la pudo haber en un contexto de realismo periférico, una educación concebida para la segunda revolución industrial, tambaleando y mostrando fisuras importantes durante la tercera (reinado del capitalismo financiero), que pega su vuelta de tuerca para dar formación al sujeto (educando, diría mi maestra) de la cuarta revolución industrial.

Educar al individuo que no tendrá nada y sera feliz.

En buen romance, para serte mas claro, educar al individuo que no tendrá nada y sera feliz, el que nos prometen con bombos y platillos los ingenieros sociales del forro de Davos, que harían ruborizar hasta el mismísimo instituto Tavistock.

Allí donde se precisaba capacitar al hombre para producir más, innovar, con cultura de esfuerzo, trabajo y ahorro, con patrones de consumo acordes a un positivismo e idea de progreso, allí donde se buscaba aceitar los engranajes de la maquinaria capitalista, o comunista, dependiendo del polo de la guerra fría, allí donde se gestaban sociedades pensadas para producir cada vez más cantidad y variedad de bienes y servicios, mejorados por la tecnología aplicada a lo producido, y en ello sustentar sus estados de bienestar, hoy se procura capacitar a ese mismo hombre no ya para producir, menos ahorrar, y menos aún consumir.

Se le formará entonces para “cuidar la pachamama”, no generar “huella de carbono”, mientras fuma marihuana, recibe su renta básica universal, y cesa de trabajar, consumir y formar familias, para salvar así el planeta extinguiéndose a sí mismo. Sera la nueva educación para la gente que al mundo le sobra, los “inútiles comensales” a los que se refiere el bueno de Yuval Harari.

Un estado que no está al servicio de ese pueblo a educar.

Todo esto, llevado a cabo por un estado que no está al servicio de ese pueblo a educar, por un estado parasitado por intereses privados multilaterales, por un Estado en modo suicida que opera para su propia desaparición, un Estado parásito de su gente, que para autoeliminarse se extirpa y vende un órgano vital de su organismo, la educación.

Los inevitables destinos del realismo periférico.

Un día te dan un plancito lindo, para que seas parte y ayudes a las metrópolis del globo a producir riqueza, proveyéndoles de buenas materias primas, otro día resuelven que no, que ya desarrollaron suficiente sus fuerzas productivas y que ya acumularon suficientes recursos, y que entonces el problema es que sobras y molestas, y que tu mera existencia daña su planeta (ah, porque entérate que el planeta es de ellos, que te creías?), y nuestra parasitaria, corrupta y narcomantenida casta política clama con entusiasmo “sabremos cumplir”, faltaba mas!.

Gunga Din.

Me recuerda el caso de Gunga Din (emblemático film de los 70), el corneta hindú al servicio del ejercito británico, que se hace matar, mientras tocaba la corneta, bajo la bandera del imperio, mientras sus camaradas, ingleses ellos, lo contemplaban con admiración, claro está, bien guarecidos en la trinchera del fuego enemigo.

Formemos en competencias.

Así entonces, sin apartarnos de lo educativo, nos dicen, que ahora si, dejemos eso de los contenidos y formemos en competencias!. ¿Cuáles? Me atrevo a preguntar. Y competencias para qué serian?

Alto ahí! Te dice un progre de los gremios de la educación (digamos, un progre del socialismo frutillita que hace de cuenta que discrepa con el progre liberal de Eduy 21), “y que hay de la formación en valores”???….pues, nada de eso, “chiques”, formación en valores va a sobrar, ya que la reforma les asegura formación integral en valores supremos del aborto, ideología de género, salud sexual y reproductiva, derecho a la pedofilia, hormonización temprana para cambio de sexo, nada que alarmarse pues!, hay más de esos valores que competencias!. Tranquilos que competencias no hay casi!.

Formación ideológica.

Habrá formación ideológica de un individuo progre modelo, sin raíces, ciudadano globalista del mundo (o sea de nada, de ninguna parte), carne de “protocolo”, con identidad digital, con todas las dosis de todos los experimentos que se les ocurra inventar, débil, pusilánime, obediente, sin patria, hedonista, individualista, líquido, “hidropónico”(volviendo a parafrasear a Facundo Cuadro).

Se trata mas bien de competencias “diluidas”, el anzuelo para los incautos que padeciendo creciente desocupación y precarización de sus fuentes laborales desean un milagro a caballito de una educación mágica que le ayude a insertarse en un mercado que ya no le necesita, y que le permita así malvivir un ratito más en la jungla del sálvese quien pueda, la cárcel global.

Desarrollo y competencias.

No hay desarrollo de competencias tampoco, hay desarrollo de ideología en todo caso, y ni eso.

¿Y si se tratase de competencias, dentro de qué proyecto de país? qué idea de sociedad?

Suponé que tenés un circo, y adiestras al cachorro de León para que el sujeto que le zurra la badana con un látigo, y a la vez, le da de comer, pueda, en la función de la noche, meter su cabezota dentro de las fauces abiertas del amable felino, que ya ni León es, así entrenado y formado en “competencias” de manso y sonso León de circo. Las competencias naturales de un León en toda regla, en su medio, en su ecosistema de León, aprendidas en su desarrollo como León (no como parodia, monigote para la mofa del público), sería tragarse de un bocado al osado del látigo que no se animaría siquiera a levantarlo ante semejante y digno ejemplar.

Hay competencias que se desarrollan para ser engranaje de una cadena de producción que se usa, se tira y se recicla, y competencias para la vida en sociedad, en colaboración mutua para el disfrute de la vida entre todos.

Competencias, ¿cuáles transmite esta educación, y cuáles esta pseudo reforma?

Si el resultado es gurises que tienen graves dificultades para realizar solos tareas básicas de la vida, como colaborar en tareas normales de la casa con quienes conviven, orientarse solos para trasladarse en su ciudad, manejar dinero, dominar destrezas practicas del día a día, si no te sabe defenderse por si mismo con un sentido de justicia entre sus pares, resolviendo conflictos con una guía moral clara, si no te sabe identificar sentimientos y expresarlos con claridad, si no te sabe cortar una cebolla, plantar y cuidar de los sembrado, si no te sabe comprender y explicar con sus palabras un texto, confeccionar un relato coherente respetando reglas gramaticales, entonces, ¿qué frutos estamos cultivando con la mentada educación republicana y su reforma peluche?

¿Cúales son los resultados?

Pues, ya lo ves, el resultado es una inmensa mayoría de la población que corre a inocularse una sustancia experimental por demás dudosa, sin ninguna garantía ni sustento científico, el resultado es la aceptación sin chistar de un pase sanitario inmoral, el resultado es colgarse un bozal sin fundamento lógico alguno, el resultado es estar dispuesto alegremente a confinarse llevando su economía a la ruina, el resultado es una clase académica renegando de la verdadera ciencia aplicando protocolos ridículos y disfuncionales, el resultado es que haya triunfado tan fácil la manipulación y la cultura del miedo y la intimidación, el resultado de esta mentada educación es la aceptación y festejo de la censura y políticas de cancelación, la corrupción de la clase política, el resultado es la resignación y ciega obediencia, la falta del más mínimo sentido crítico para sacrificar la dignidad en el altar de la corrección política.

En suma, el resultado es la cobardía y la desidia, expresadas en múltiples y abyectas formas, lo que hemos obtenido como frutos de esta educación, y no cabe esperar otra cosa que más platos de lo mismo, o peor, con la sonada reforma.

El prócer de la patria lo sabía, para ser ilustrados, primero toca ser valientes. Para que la ilustración te sirva de algo, te haga autónomo y soberano, tiene que estar sostenida en la valentía.

No hay ilustrados sin valientes, no hubo, no hay ni habrá República mientras tu nación este atrapada en las garras fétidas del realismo periférico con el que se maneja la narcomantenida casta política autóctona.

A la hora de pensar en contenidos y competencias, pensemos en para construir qué tipo de proyecto de país y sociedad, y procurando qué valores.

Un verdadero ilustrado jamas consentirá ser un esclavo.

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