11 Nov, 2022
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Columna de
Facundo Cuadro
Una cuestión de economía política.

Autopsia a la escuela republicana (II)

No puede existir una escuela republicana si no existe República, no puede existir una República sin Soberanía.

Una cuestión de Economía Política
Estos compromisos responden a una agenda globalista que se le impone al Uruguay al igual que se le impone a otros países.

Una cuestión de economía política. – Facundo Cuadro

No puede existir una escuela republicana si no existe República, no puede existir una República sin Soberanía. Desde esta base iniciaremos el análisis. Partimos del siguiente hecho que vamos a desentrañar: la transformación educativa -que no es más que un cambio en los papeles de un proceso que lleva ya tiempo – no responde a intereses del Estado Uruguayo, sino a compromisos adoptados por los gobiernos para con los prestamistas.

Estos compromisos responden a una agenda globalista que se le impone al Uruguay al igual que se le impone a otros países. Siguiendo la ruta del dinero y los acuerdos firmados por los gobernantes nos damos de frente con un secreto a voces: en el sistema cleptocorporatocrático (en términos sallistas) el que paga, manda.

Juan Besuzzo nos indica en su texto  “Algunas problemáticas de la Educación en Uruguay como esbozo de presentación”, analizando a Soler Roca, que la injerencia extranjera en la educación “… comienza a acelerarse rápidamente a partir de 1985, especialmente con la participación de algunos actores económicos en el debate educativo, especialmente empresariales y financieros, por la necesidad de que Uruguay haga una “apertura al mundo” (…) La idea de modernizar el sistema permea constantemente su discurso y propuestas. Por eso es que buscan las últimas tendencias a nivel internacional, están pendientes de los últimos resultados de todos los índices internacionales. Han propugnado desde siempre por el seguimiento de las recomendaciones de la UNESCO y la Organización Internacional de la Educación (OIE), y por la inserción de Uruguay en la Red Global de Aprendizajes y en las pruebas PISA”.

Desde estas y otras organizaciones multilaterales se plantea el relato de la crisis constante en la educación de los Estados como fundamento para su penetración. Se visualiza a la educación como anticuada, obsoleta, anacrónica, aburrida y que, por ello, tiende a la expulsión de los alumnos. Se fundamenta en cuestiones cuantitativas: que si índices de repetición y deserción, rentabilidad económica respecto a la relación inversión- promoción, años de permanencia en el sistema, etc.; o en los propios índices educativos, de dudosa metodología y de opaca aplicación, que los mismos organismos crean y promueven, como las pruebas PISA.

El BID como impulsor de las políticas educativas.

Para solucionar este problema entra en juego el BID (Banco interamericano de Desarrollo). El CCLIP es un Crédito Condicional para Proyectos de Inversión que Uruguay firma BID por 200 millones de dólares y es aprobado el 19 de octubre de 2016. El primer préstamo al que accedemos bajo esta línea de crédito se aprueba el 2 de febrero de 2017 por 50 millones de dólares a pagar hasta el 2041 con los intereses correspondientes; firmado por Danilo Astori (ministro de economía) y Wilson Neto (director del CODICEN) titulado “Programa de Apoyo a la Educación Media.” En este primer préstamo asumido por el país, una de las condiciones impuestas es “el desarrollo e implementación de un nuevo marco curricular dereferencia nacional (MCN) y la definición de perfiles de egreso y de progresiones de aprendizaje para toda la Educación Media”.

El segundo préstamo titulado “Educación para la Transformación: Finalización de Ciclos y Nueva Oferta Educativa” (UR-L1176, se encuentra en la página web del BID) fue aprobado por el banco el 8 de setiembre de 2021 por una suma de 61 millones de dólares que firmó la actual ministro de economía Azucena Arbeleche, dando continuidad a la reforma de la educación iniciada el pasado gobierno.

Para un análisis pormenorizado de las obligaciones tomadas con estos préstamos recomiendo el texto: “Análisis independiente de la segunda petición de crédito condicionado al BID Educación para la Transformación: Finalización de Ciclos y Nueva Oferta Educativa” , pero podemos resumir algunos puntos:

a) La principal preocupación radica en los altos niveles de deserción y repetición, por lo que se prevé la creación de mecanismos de seguimiento de las trayectorias educativas y cambios en los reglamentos de pasaje de grado. Lo más destacable es la pretensión de utilizar software de inteligencia artificial para lograrlo, citando el articulado del préstamo: “el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para desarrollar un modelo predictivo de desvinculación educativa y lautilización de Blockchain”

b) La necesidad de “alejarse” de una concepción centrada en disciplinas y alto número de asignaturas para ir hacia una “basada en competencias relevantes a desafíos actuales”, las que se dan como obvias.

c) La idea “incorporar una visión de género más profunda”. Ya que “las áreas disciplinarias no se interrogan sobre los roles de hombres y mujeres en la sociedad, la división sexual del trabajo y la distribución de la reproducción como responsabilidad de las mujeres.” (en pocas palabras, profundizar la ideología de género en la educación), así como también enfatizar en el único problema ambiental que le preocupa al globalismo, el cambio climático.

d) Y obviamente, profundizar y consolidar la digitalización mediante la “expansión de las plataformas adaptativas para enseñar matemáticas y la Red global de Aprendizajes, que promueve nuevas pedagogías con el impulso transformador de la tecnología”, es decir, el fomento constante a la llamada “Educación Híbrida”.

Reforma de la Agenda 2030.

La injerencia no queda allí. La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible de la ONU busca ser la agenda hegemónica que viabilice los planes y programas de la élite global. Plantea 17 Objetivos de desarrollo sustentable que, disfrazados bajo una retórica buenista y filantrópica, procuran la modificación de la realidad del ser humano. Es la agenda que sirve para la justificación de la reforma. El propio Marco Curricular Nacional afirma que se ha trabajado para cumplir con el Objetivo 4: “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Los principales “desafíos” que pretenden superarse para cumplir con este objetivo son el mejorar los índices de culminación de educación media, la mejora en los índices de competencias en matemática y lectura, y la inclusión, una vez más, de mayor cantidad de tecnología.

Para alcanzar los dos primeros es que se plantea el nuevo Reglamento de evaluación. Este se centra en mejorar los índices de pasaje de grado a cualquier costo, eliminando directamente la repetición en algunos años y proponiendo criterios laxos e inespecíficos para la evaluación de las competencias. Además deja de lado el control de inasistencias, lo que claramente promueve un disvalor: la idea de que ir o no ir al liceo o a la escuela, llegar temprano o llegar tarde, da lo mismo.

Sobre el tercer desafío ya hemos hablado lo suficiente. No queda más que remarcar una obviedad: la flexibilización de las exigencias para pasar de año llevan inexorablemente a un descenso en la calidad educativa. Pero me atrevo a pronosticar que la mejora en los índices de culminación de educación será el mayor logro del que los políticos se jacten en el futuro.

A modo de conclusión:

Reafirmamos: la transformación educativa no es tal, y no responde a un plan de gobierno sino al cumplimiento de compromisos asumidos con quienes prestan dinero al Estado. Esta política es llevada a cabo por las dos coaliciones mayoritaritarias, frenteamplistas y multicolores, ya que ambos han firmados los préstamos y ambos se encuentran firmes tras la postulados de la Agenda 2030. Quizás sea por eso que no hay un debate real sobre la problemática educativa, y que nunca se tocan estos puntos.

La aplicación de estas medidas tienen una serie de consecuencias muy claras. Primero que nada, demuestra la inexistencia de poder del Estado Uruguayo, que se ve sometido a organismos multilaterales que dictan y ordenan su agenda. Por otro lado demuestre la pérdida de autonomía por parte de los actores de la educación, con una serie de burócratas que trasmiten e imponen políticas foráneas mientras que los docentes y los equipos de gestión ven sus ideas desechadas y sus prácticas reducidas al cumplimiento de lineamientos estandarizados.

Por último, algo que ya marcábamos en el texto anterior, la segregación del sistema educativo genera particularmente sistemas paralelos para la élite, la clase media y los sectores marginales, condicionados por la realidad socioterritorial y económica en la que se encuentre el centro educativo y la familia del alumno.

En fin, la reforma educativa no es más que otra de una serie de reformas que responde a los intereses de los lobbys de poder globalistas. No parece que esta realidad cambie, a menos que llevemos a cabo un vuelco soberano. Queda por ver si tenemos, como pueblo, la Identidad Soberana como para llevarlo a cabo.

Sobre el autor:

*Facundo Cuadro es profesor de geografía. Tiene 26 años y vive en Neptunia, con su señora Lucía, sus 3 perros y 2 gatas. Le interesa la filosofía, la educación y el análisis geopolítico. Practica boxeo thailandés y es hincha de Peñarol. Maneja el canal de telegram “Pensamiento de ruptura”, que ya supera los 300 seguidores.

2 Comentarios

  1. Alejandra Carro Ale

    Excelente post Facundo muy profesional, esperemos ayude a abrir muchas cabezas, gracias por su aporte.

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