18 Oct, 2022
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Columna de
Capitán Tormenta
Son tiempos realmente fascinantes

La rebelión de los mamarrachos

Capitán Tormenta
El General Aureliano Buendia, un dia se levanto de la cama y se autopercibió presidente.

La rebelión de los mamarrachos.

Son tiempos realmente fascinantes. ¿No es maravilloso, que en este nuevo paradigma Facebook Metaverso pueda transformar lo virtual e imaginario en realidad en un abrir y cerrar?. Entre esos milagros, esta que me puedo autopercibir oso panda, y hasta escritor de articulos que alguien va a leer. ¿No es una monada?

Y mientras voy pensando.

Que otras formas copadas desearía adoptar mi mente afiebrada, me sumerjo en ese universo luminoso y soñado donde todo es posible, ese nuevo mundo que nos ha traído la generosidad y filantropía desinteresada del Nuevo Orden Mundial.

Hay un par de casos que me llaman a la curiosidad.

Admiro la gente con imaginación, asi que nobleza obliga, tributar acá mi reconocimiento a ese ilustre ciudadano, que de lustrabotas del General Aureliano Buendia, un dia se levantó de la cama y se autopercibió presidente de la prestigiosa Desorganización Papamericana de la Salus. El tipo pasó de aburrir a sus contertulios de cierto Partido de las Bayonetas Sin Punta, hablando de “redes neuronales” y linduras por el estilo, a ministro de “Atchus” de la República Oriental de los Troncos.

El General Aureliano, el último de los Buendía, casta política desde principios del siglo pasado, y mostrando que de esto entiende un montón, no bien le ofrecen el ministerio de Atchus, para timonear esa terrible plandemia que mató el 80% de la población mundial (ah no se, eso lo dijo el bueno de Ferguson con su infalible modelo predictivo, y yo le hago caso a la ciencia, igual que el gordo pelapapas de Pobrémica en el Tugurio), resolvió al toque, investir a ese genio que le chamuyaba de redes neuronales y demás maravillas de la ciencia que no entendia, seguro es un genio, y lustra bien, era el candidato ideal.

Y acá empezó, quizás, la danza de hilarantes autopercepciones de la que no escapa naides.

De autopercibirse científico de la Nasa, paso a autopercibirse René Favaloro, quizá apalancado en asombrosos indices de popularidad que los medios diseñaban en sus columnas, y que compartía palmo a palmo con el comisariado político del Garch que le goberno el pais a cierto autopercibido estadista que cree mover perillitas de un panel que no posee. Claro esta, ese ilustre conciliábulo se alejo de la escena con homenaje, bombos, platillos, pastel y un cuadro grotesco que lo percibieron como “obra de arte”. Y donde estaba el justo reconocimiento y las escarapelas para nuestro sargento García del general

La justicia tarda pero llega.

Decía mi aguela…¿qué tal presidente de la Papamericana de la Salus?…tomá Garch…pa booo….sacate éstaaa!. Recuerdo al inolvidable negro Olmedo, en su recordado papel, donde Portales le sonreía mientras le palmoteaba el hombro, “ese puesto de subgerente, es casi suyo, Perez”! Asi que, mira vos, quien te ha visto y quien te ve, Garcia, de lustrabotas a Favaloro, y de ahí a presi de los salvadores de la humanidad, no se puede negar que estos Buendía .son gente con visión!.

Con visión y buena estrella.

Vale consignar, que lograron el milagro de poner de estadista a pompita de jabón, que en 15 años de oposición no logro hacerle ganar un voto en primera vuelta a su partido, no cualquiera!. Y… si hay uno que se autopercibe manejando perillitas que no tiene, porque nuestro pichón de Pasteur no puede autopercibirse en la cumbre del olimpo del paraiso de las batas blancas?

Todo se puede, dijo Mark, es el metaverso de las cosas, eh? Pero…no existiría el paraíso sin un satanás, ni cielo sin un maldito, joder con la dialéctica hegeliana!

Todo era tan lindo, y vino el villano, que nunca falta.

Vestido en forma de juez a pedir explicaciones y aclaraciones que se suponía no se debían exigir nunca, en un mundo ideal. Resulta que sus redes neuronales no daban para explicar lo inexplicable, ni la estirpe de los Buendía, ni las perillitas de pompita, ni los mamarrachos del Garch. Sofocón, no por mucho, ya que la maestra puso en penitencia al juez díscolo, y lo mando a dirección, con posible suspensión.

Final feliz. No mucho.

 Ante el revuelo y el papelón, los capisontes de la papamericana, concluyeron que su héroe, no era capaz de tener en vereda a un puñado de activistas, un líder de un partido en fundación, y un juez, en una alejada comarca de troncos, menos aún en una olla de grillos de todos los pagos.

Y acá la parte triste de la historia.

Que termina en tragedia, cuando el metaverso del se lo que quieras, se da de narices con la porfiada realidad de mierda del sos lo que sos. Que injusto che, de señor presidente a mamarracho, y no hay autopercepción que te valga. Y bue…por lo menos el metaverso nos ayuda a ser felices un rato, podés pasar en un salto acrobático de pompita de jabón a estadista y de lustrabotas a eminencia científica.

Al cabo…los mamarrachos también tienen derecho a su rebelión.

El General Aureliano Buendia, un dia se levanto de la cama y se autopercibió presidente.

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